RIZARTROSIS. LA ARTROSIS DE LA BASE DEL PULGAR

25.02.2023

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La rizartrosis o artrosis trapecio-metacarpiana consiste en el "desgaste" o degeneración de una de las articulaciones de la base del pulgar, en este caso la que componen el primer metacarpiano y el trapecio ( Uno de los huesos de la muñeca ). La movilidad esta articulación nos permite realizar el gesto de pinza, fundamental en muchas de las actividades de la vida diaria.

Esta degeneración puede tener varias causas, principalmente la edad y la actividad habitual que hayamos realizado con las manos ( Es muy habitual en ciertos colectivos profesionales como peluqueros, trabajadores del hogar, músicos, escritores, hosteleros... ). Es más frecuente en mujeres que en hombres, y suele comenzar a manifestarse a los 45-50 años. También es más frecuente en personas que son constitucionalmente más laxas, por la inestabilidad intrínseca que esta laxitud confiere a la articulaciones, aumentando su desgaste.

En algunos casos puede tener un origen traumático, en relación con fracturas de base de primer metacarpiano o lesiones ligamentosas severas de la articulación.


SINTOMATOLOGÍA

El principal síntoma de la rizartrosis es el dolor en la base del pulgar, que se agudiza con ciertas actividades que suponen "carga" para la articulación TMC, como hacer pinza para coger objetos, intentar abrir botes ( a veces los pacientes lo interpretan como debilidad más que como dolor ), rigidez  de la base del pulgar, con dificultad para separar el pulgar del resto de la mano para agarrar objetos y sensación de crepitación en la zona ( Por el roce de hueso contra hueso desprovisto de cartílago articular ).

En etapas más avanzadas aparece deformidad en la base del pulgar, con prominencia ósea de la base del primer metacarpiano, que se subluxa lateralmente y aspecto en Z del pulgar ( Con hiperextensión de la articulación metacarpo-falángica )

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico de esta patología y su estadificación ( Clasificación de la patología según lo evolucionada que está ) se basa en los siguientes pilares:

- Historia clínica: Edad y sexo del paciente, ocupación habitual, antecedentes

- Sintomatología que refiere el paciente

- Exploración física: Crepitación y dolor en base de primer metacarpiano, estabilidad de la articulación...

- Pruebas complementarias, siendo suficiente en la gran mayoría de los casos con la radiología simple.


TRATAMIENTO

TRATAMIENTO CONSERVADOR ( NO QUIRÚRGICO )

El tratamiento inicial debe basarse, inicialmente, en medidas físicas ( frio local ), un adecuado descanso con el uso de férulas nocturnas ( Hay en el mercado gran cantidad de ortesis, cada vez más cómodas ), el uso de antiinflamatorios y la modificación de los hábitos que sobrecarguen la articulación en la medida de los posible. 

Son beneficiosas también las infiltraciones en la propia articulación, por su efecto lubricante y anti-inflamatorio ( Corticoides, Ácido Hialurónico, Factores de crecimiento... ), que se pueden realizar guiadas por escopia o por ecografía.

Un aspecto importante es la prevención, evitando, cambiando o reduciendo ciertos hábitos que sobrecargan la articulación y que forman parte de nuestra vida diaria, o utilizando para realizarlos férulas que aumenten la estabilidad al realizar esfuerzos.


TRATAMIENTO QUIRÚRGICO 

El tratamiento quirúrgico se reserva para casos avanzados, muy sintomáticos y que no responden al tratamiento conservador. Hay varias técnicas quirúrgicas que pueden ser útiles en el tratamiento de esta patología:

- ARTROSCOPIA: Mediante esta técnica podemos visualizar la articulación, limpiarla, hacer un retensado térmico de los ligamentos o incluso resecar osteofitos ( excrecencias óseas ) o parte del trapecio.

- ARTRODESIS: Consiste en la fusión de la articulación, eliminando la movilidad de la misma ( y en consecuencia, el dolor ). Esta pérdida de movilidad es muy bien tolerada. Sin embargo esta técnica esta cada vez más en deshuso y se reserva para pacientes cuyo trabajo requiere el uso de mucha fuerza manual.

- ARTROPLASTIA ( PROTESIS ): Quizá la solución más "elegante" a esta patología, ya que permite reconstruir de forma fidedigna la función de la articulación TMC, sustituyendo el cartílago desgastado por unos componentes artificiales que reproduzcan el funcionamiento normal de la articulación. Al principio de este artículo se muestra un vídeo de como se coloca en quirófano una prótesis de este tipo. Su eficacia en la eliminación del dolor y la rápida recuperación hacen de esta alternativa una muy buena opción. El principal inconveniente de la artroplastia es el riesgo de luxación, que limita la cantidad de fuerza que se puede ejercer con la mano operada ( Si bien existen modelos con doble movilidad o sistema semi-retentivos que dificultan que esta complicación se produzca )

- TRAPECIECTOMÍA: En rizartrosis avanzadas donde el hueso trapecio se encuentra afectado por todas sus vertientes, existe la opción de retirarlo, asociándolo o no a una ligamentoplastia/tenosuspensión con alguno de los tendones de la mano ( Normalmente el abductor largo o el palmar mayor ) que "ocupe" el espacio dejado por el trapecio para evitar el colapso del primer metacarpiano. Esta técnica, si bien es de más larga recuperación que la prótesis, tiene unos resultados similares a los 6 meses de la cirugía y tiene la ventaja de no introducir materiales extraños en el cuerpo y evitar el riesgo de luxación inherente a la artroplastia. 

IMAGEN DE UNA PROTESIS TRAPECIO-METACARPIANA


Si padece una rizartrosis sintomática o cree que su molestia/dolor es similar a lo descrito en este artículo, consulte con un cirujano de mano que le oriente sobre el mejor tratamiento para su caso.